...de Ushuaia a Alaska, allá vamos, porque a pesar de las diferencias, todos somos iguales.

domingo, 20 de marzo de 2011

Es mi turno

Tras catorce días de viaje e innumerable cantidad de halagos y buenos augurios, decidí hacer finalmente mi presentación formal ante todos ustedes, queridos lectores. Disculpen si antes no lo había hecho, pero he tenido mis motivos. Consideré pertinente esperar esta justa cantidad de días para que comprobaran que las virtudes que se me han adjudicado meses atrás no han sido en vano. Pido disculpas también por mi tono formal al escribirles, quizás sea cuestión de ir entrando en confianza hasta que pueda tutearlos. Aunque tenga solo 22 años, creo tener experiencia y caminos recorridos como para compartirlos con ustedes. Nací, como mi edad indica, en 1989, soy hija de padres que la han sabido luchar y me han inculcado ese valor. Ellos se conocieron durante el auge del movimiento hippie en Estados Unidos. Papá, ya retirado, ha trabajado durante más de 40 años como transporte escolar. Mi madre, aún trabajadora, lleva pollos y huevos a la granja de Don Esteban. Ya desde niña he mostrado interés por cuestiones sociales y podría, orgullosamente aceptar, que simpatizo con los movimientos de izquierda. Los que me conocen podrán notar que no tengo aire acondicionado, tampoco vidrios polarizados o airbag. Mis mejores amigos son el Citroen 3 CV y el Falcón (ciertos conocidos míos se han vendido durante la dictadura a los militares a cambio de arreglos mecánicos, pero son los menos). ¡Qué recuerdos que tengo de la adolescencia junto al Citro y al Falco López!. Mientras las motocicletas seducían a los Audis y BMW para obtener de ellos algún beneficio, nosotros, los que estábamos por fuera del sistema, nos reuníamos para debatir sobre situaciones de desigualdad social, por ejemplo, lo difícil que era para los más viejos, conseguir repuestos (esto no ha cambiado aún).

Mi madre me ha dicho, desde que soy niña, que con lo bellas que somos las combis tendríamos que cuidarnos de los camiones y colectivos, ya que ellos siempre andan al acecho de vehículos como nosotras. Bueno, debo admitir que ella no se ha equivocado, las madres saben. A lo largo de estos 14 días de trayecto he recibido unas cuantas guiñadas de luces por parte de ellos, además de bocinas y algún que otro piropo como “¡Qué tren delantero que tenés bombón!” o “¡Como me gustaría ser gomería para tocar esas gomas!”, con lo cual suelo avergonzarme y prender las valizas en señal de disconformidad.

A nadie le agrada demasiado hablar sobre las virtudes de uno, pero tengo a mis conductores al lado, insistiéndome para que lo haga. Podría decir, humildemente, que soy una tipa enérgica, tengo dos baterías; me apasiona la música, por eso lo más tecnológico que llevo conmigo es un buen equipo de audio para disfrutar siempre de ella, vaya donde vaya. Nunca me sentí del todo cómoda andando a más de 100 kms por hora, por eso mi andar es sereno, voy a 80kms. Eso permite a mis dueños ir charlando y tomar mate tranquilos. Cuando observo a los fanfarrones de siempre pisar el acelerador a más de 140 kms confirmo una vez más, el porqué de mi amistad con el Citro y Falcón, ellos comparten valores parecidos a los míos.

Bueno, bueno, está bien, lo voy a decir. Aquí estoy con Clara, una de mis conductoras, me empuja para que les diga lo contenta que me siento por estar conociendo América, a decir verdad, solo conocía Brasil. Me daba timidez contarlo. ¿Cómo es posible que una combi de 22 años solo conozca el país de las bananas y el buen baile?. Pero ahora, con Joaquín y Clara pude tener esta increíble oportunidad para mostrarles que por más vieja que parezca o tengan que frenar cada dos estaciones a cargarme líquido hidráulico, soy una tipa leal y corajuda. La vida me dio calle y por eso el asfalto es moneda corriente para mí, aunque de lo que más disfruto es del ripio y las subidas, ya que ahí puedo desplegar toda mi potencia…Rrrrrrrrrr. Finalmente…¿qué decir de ellos? El barbudo me limpia y ordena como nadie lo ha hecho jamás. Hasta lo escuché decir que compraría Blem o Cif para limpiarme, ¡eso sí que es tener buena suerte! Y la chica me habla bastante, a veces me gustaría un poco más de silencio, me agrada reflexionar mientras ando. Pero no me puedo quejar, son buena gente, si hasta me han decorado en una gráfica, dejándome realmente bonita con los mapas de América. Yo estaba acostumbrada a mis amigas combis vestir diseños de LaveRap a domicilio, El Noble Repulgue o tintorerías... Disculpen la distracción, nunca les dije mi nombre. Me llamo Kombi Westfalia, pero pueden llamarme Westy.

Clara demostrándome su cariño, Joaquín es más frío pero lo demuestra cuidándome.

7 comentarios:

  1. JAJAJAaaaa muy buena presentación señorita Westy, esperamos más relatos de usted también. Ah, por cierto, confirmo que tiene unas muy lindas gomas.
    Perdón por lo atrevido, pero se lo tenía que decir.
    Saludos cordiales.

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  2. Buenísimo!!! lo sospeché desde un principio!!! cuando vi a " Westy in the sky with diamonds " en esa foto alucinante, dije: ahora se viene!!!! bienvenidaaaa !!!

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  3. jua juaaa, me mueroooo. Espero que cuando nos encontremos en Mexico para venir hasta Buenos Aires sigas con las mismas pilas que ahora.

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    Respuestas
    1. y q vengan a jalisco es importante para q conscan el tequila el mariachi tapatio y la charreria q son los tres iconos nacionales y las combis alteñitas de los altos de jalisco

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  4. jajaja Me hiciste matar de risa, Westy. Segui portandote asi de bien!

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  5. pedido sencillito...simple que te hago desde aca, hacelos felices a mis amigos que tanto ando recordando por estos dias...
    pd: tantas veces escuche el cuento de como los chicos te encontraron, pero siempre me pregunto si no fuiste vos quien los elegiste a ellos...

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